Las lluvias del fin de semana no fueron suficientes y se prevé un fuerte golpe productivo en maíz y soja

En los últimos días, se han registrado algunas precipitaciones en el centro del área agrícola en sectores de Córdoba, Santa Fe, norte y oeste de Buenos Aires, pero no logran revertir el déficit hídrico

El año comenzó con lluvias en algunas regiones, aunque no lo suficiente para revertir la situación crítica que transitan los cultivos de verano producto la falta de precipitaciones y las altas temperaturas de las últimas semanas. En este contexto la soja y, sobre todo, el maíz transitan etapas críticas en el centro del área agrícola y los especialistas advierten que esto podría generar algún impacto directo en los volúmenes previstos de producción para este año. El escenario en el corto plazo tampoco es favorable, ya que no se prevén lluvias que puedan revertir el deterioro.

Cristian Russo, ingeniero agrónomo y jefe de estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario en diálogo con LA NACION explicó: “Nosotros estábamos hablando de que las cosas venían bien, pero en una semana cambió todo muy rápido y el panorama se complicó”.

El viernes pasado la BCR emitió un alerta roja por la alarmante situación que se encontraban los cultivos. Los ingenieros coincidieron que daba miedo ver el estado de los lotes. En rigor, con un 25% del maíz regular a malo y un 15% de la soja de primera regular y sin lluvias a la vista advirtieron que se avecinaba un fuerte golpe productivo en dichos cultivos. Frente a esta situación, indicaron que se necesitaban 50 mm para aliviar la situación de estrés termo hídrico de la región. Sin embargo, las precipitaciones del fin de semana estuvieron entre los 5 y 25 milímetros.

El 1ro. de enero, de acuerdo a los datos aportados por la firma ZENI, en Villa Cañas, Santa Fe llovieron entre 20 a 30; en Diego de Alvear, 20mm; en San Gregorio y Teodelina, 30 mm; en Montes de Oca, 28 mm y en La California, 23 mm. A su vez, en la provincia de Buenos Aires cayeron en Salto, 15 mm; Junín, 20 mm; Arribeños, 40, y Pergamino, 30.

A pesar de que llovió un poco más de lo que esperaban, preveían entre 5 y 15 milímetros, no es suficiente y la situación continúa siendo crítica principalmente para el maíz, en tanto que para la soja son favorables. “Para el maíz probablemente esta agua ya sea tarde para recuperar rindes, ahora toca contar cuál es el nivel de daño y cómo vamos a estar respecto a los rindes de indiferencia”, agrego el especialista. Según Russo la pregunta es: “¿Qué tanto se van a poder recuperar los costos del cultivo?”.

En ese sentido, Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires detalla: “las lluvias han sido erráticas. No logran revertir en el déficit hídrico y el estrés que están atravesando los lotes de maíz y de soja en estas regiones. El escenario a corto plazo tampoco es favorable. No se prevén lluvias de abundante intensidad que pueden recargan los perfiles y frenar el deterioro. En paralelo también con un escenario de temperaturas máximas elevadas que va a ir acelerando todo este proceso desecamiento de impacto sobre los cultivos seguramente”

Si asegura que es temprano para anticipar impactos, con respectos los cultivos de verano, está comprometido sobre todo el maíz en sectores claves del país como la región núcleo, el este de Córdoba, el centro-sur de Santa Fe, el norte de Buenos Aires. También sectores de Entre Ríos, en donde ya las siembras tempranas están empezando a transitar floración, una etapa sensible.

“Incluso ya hay lotes en etapas más avanzadas y puede haber impacto en la generación de rendimiento en estas regiones que seguramente van a descontar algo de rinde como consecuencia del déficit hídrico y las altas temperaturas que están afectando hoy estas regiones”, indica.

Asimismo, el especialista remarca que es importante tener en cuenta que hay superficie por sembrar en distintos sectores del área agrícola y que van a depender de las lluvias en el corto plazo para poder culminar los planes de siembra sobre todo en soja. “Es donde la ventana de siembra por ahí finaliza antes que la de maíz, que en algunas regiones se extiende durante buena parte de enero, y eso le da más chance de poder culminar los planes de siembra”, indica.

Sin embargo, agrega que la soja, sobre todo en el sur de Buenos Aires, donde la siembra que se extiende hasta las primeras semanas de enero estaba frenada: “muy probablemente en esta región haya riesgo de no poder cumplir con los planes de siembra y esto pueda generar algún ajuste de área, pero todavía es muy temprano para anticiparlo”.

En lo que respecta a los cultivos de invierno, este escenario seco no genera ninguna complicación. Copati indica: “Destraba todo lo que son la recolección o la cosecha que aún está pendiente en buena parte de la provincia de Buenos Aires, donde se concentra la gran mayoría de los lotes aún por cosechar de trigo y cebada, pero sin impacto en rinde y con una buena campaña en esos cultivos este año”.

A pesar de haber estado transitado todo el ciclo con el riesgo de estar atravesando un escenario climático del tipo la niña. El especialista remarca que si bien hubo lluvias por debajo de los promedios históricos, estuvieron bien distribuidos en las etapas fenológicas de ambos cereales.

“Esto permitió cerrar la campaña con una proyección de producción de cinco millones de toneladas de cebada, lo cual es una muy buena campaña y tener un escenario de 21, 5 millones de toneladas para el trigo sujeto a posibles modificaciones en función de los resultados del sur de Buenos Aires, puede haber posibles incrementos todavía, lo cual seria un nuevo récord en términos de producción para el trigo”.