Del titular de la empresa Agropecuaria La Criolla al Presidente de la Nación: «Tema cierre de exportaciones de carne, revise lo que hace porque no quita ganancias extraordinarias a algunos empresarios, está quitando la posibilidad de desarrollo para muchos»

Con el cierre de exportaciones de carne se cortó la producción, el trabajo y se genera un daño innecesario para mucha gente. Me invade una mezcla de tristeza y frustración. Siempre sostuve que el poder de imperio es algo bueno cuando se utiliza para desarrollar, que es un “crecer juntos” con aumento de producción, con generación de empleo digno, con dar posibilidades en un país difícil a quienes se suman al proyecto, con innovación, con cuidado del ambiente, con responsabilidad fiscal y social. Tratando de colaborar con nuestra Patria Chica, con ideas y con plata cuando se puede.
En lo productivo tener pasión ganadera en un partido en donde por aptitud de suelos -salvo bajos o médanos- todos tienen una aptitud agrícola, es una actividad productiva que se elige, aquí se es “ganadero por opción” no por necesidad como en otras zonas en donde el recurso suelo lo indica como la única posibilidad. Es y ha sido un orgullo a pesar de tantas dificultades buscar liderar en la región, y liderar no es una cuestión de escala, sino de eficiencia de respeto por las normas, la gente y el ambiente.
Es más que claro que desde hace mucho tiempo, los argentinos no acertamos y retrocedemos, demasiados desaciertos de muchos Gobiernos, pero nuestros representantes salen de nosotros, o sea, somos nosotros, no hemos sabido comunicarnos. Que la pobreza y el desempleo no paren de aumentar, que la desigualdad se acreciente cuando supimos ser el país de mayor porcentaje de clase media, menor analfabetismo, mejor salud del cono sur. Sin duda son muchas las cosas que no estamos haciendo bien.
La Ganadería es la actividad productiva más federal pues tenemos hacienda desde La Quica hasta Tierra del Fuego, es, además una actividad que abarca todas las escalas, ya no es como en el siglo XIX, en donde post conquista del Desierto nacieron grandes latifundios que se fueron llenando de vacas de pocos ganaderos.
La Ganadería genera empleo directo en el propio ámbito rural, más muchos prestadores de servicio, más muchísimos transportistas que no solo mueven terneros o novillos, sino alimento para el ganado. Hoy se cría y recría a pasto, pero luego el 80 % se termina a corral con costos dolarizados por el maíz y la proteína necesaria.
Rivadavia tiene muy poca cría, tiene ganadería de leche (los tambos) ganadería de carne de terneros comprados que se engordan a campo y a corral en distintas escalas, y ya no es la CAPITAL NACIONAL DE LA INVERNADA. Los cereales y oleaginosas han corrido a los vacunos en el uso de la tierra y por esta razón adicional es necesario complementar con los corrales el final del engorde de la hacienda.
Cuando el ama de casa protesta por el precio de la carne en la carnicería tiene razón, pero el ganadero no es el culpable, no solo gran parte de este precio final son impuestos, sino que los costos de producción hacen que muchas empresas trabajen a quebranto en infinidad de situaciones, el problema de los argentinos es que los ingresos son insuficientes para acceder a una buena alimentación a una vivienda digna, o a una educación que nos prepare para el futuro.
La Carne en Argentina sigue siendo mucho más barata que fuera de ella, y comparte el podio de la mejor calidad a nivel internacional. Argentina a pesar de la muy mala situación económica en la que estamos sumergidos tiene una dieta promedio por habitante en carnes altísima pues a la par del consumo de carne vacuna, hoy está el pollo, luego el cerdo y el cordero y con todo estamos, también en el podio internacional.
Todos los países festejan cuando puede producir y vender al mundo su producción a buenos valores, pues eso mueve la rueda productiva, generando empleo genuino y divisas tan necesarias en este momento. Las Cámaras empresarias de Uruguay y Brasil han salido a festejar el cierre de las exportaciones de carne desde la Argentina, porque alcanzó para que sean ellos quienes cubran la Cuota 481 (cuota de importación de la Comunidad Europea). Lamentablemente esta señal dada por el Gobierno de nuestro país, obliga a los ganaderos a replantear sus planes y asumir el riesgo de engordar con altos costos hacienda tan pesada o venderla mucho más liviana al mercado interno.
Claro que también puede bajar el precio en las carnicerías en el corto plazo y por un corto tiempo, ¿obligará a los argentinos a comer la vaca que va a China y que nosotros no comemos? Esto acarreará mucha menor producción y luego con o sin exportaciones llegará el momento en que la escasez hará explotar el precio. Todo esto ya ocurrió con el cierre de exportaciones en 2006, con el cierre de 138 frigoríficos, la desaparición de la actividad de 30.000 productores y sus familias, la pérdida de 10 millones de cabezas y mercados que tanto costó conseguir…
Se imaginan a un exportador pretendiendo vender a un importador europeo cuando los dejamos plantado. Obviamente para recuperar esos mercados, se logra a costa de una muy importante merma en el precio, porque en el mundo LOS ARGENTINOS NO SON CONFIABLES. La Ganadería es una actividad de muy largo plazo y se necesita seguridad para planificar. 
Se tomó desde el Gobierno Nacional una medida errónea ya probada y con resultados conocidos: destrucción de empleo en establecimientos, en la intermediación, en el transporte, en los frigoríficos, pérdida de ingresos de divisas para el país.
Nuestro Presidente había alentado el crecimiento de las exportaciones, pero esto va a contramano, no solo afecta a la producción y al empleo en tiempo de Pandemia, sino que expone a la cadena como responsable, como culpable cuando la inflación viene dada por el manejo desacertado de la macroeconomía interna de este y del anterior Gobierno, de una emisión exagerada, tal vez entendible en la emergencia, pero de cualquier manera no son los productores los responsables.
Un estudio de la Federación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina concluye que «de los 3,7 millones de empleos que generan las cadenas agroindustriales, la cadena vacuna, ocupa el segundo lugar como motor de empleo, explicando el 11,4 % del total».
Se quebró la esperanza de miles de familias: productores ganaderos, personal rural, personal de frigoríficos, transportistas. 
Carlos David Barrios Barón
Presidente