Desde mediados de junio y hasta fines de agosto, tiempo en que se define el potencial de rinde de los granos gruesos de Estados Unidos, habrá turbulencia para los precios
Una vez finalizado el dólar agro (léase dólar soja III), la pregunta de la gran mayoría de los productores es: ¿Y ahora qué? La referencia está vinculada a cuáles serán las próximas oportunidades que el mercado puede llegar a mostrar en las semanas venideras.
Y si bien no se puede descartar que se reedite un nuevo dólar agro/soja o, inclusive, un dólar maíz al momento del inicio de la cosecha tardía del forrajero, también tenemos que ir acostumbrándonos a los vaivenes del mercado internacional en la medida que la campaña 2023/2024 se va aproximando.
Esto último resulta crucial en tanto y en cuanto con una producción normal el próximo año la vinculación de nuestras cotizaciones con las internacionales será mucho más estrecha, un resultado natural si pretendemos ser competitivos con saldos exportables eventualmente más voluminosos.
En tal sentido, las primeras cifras del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) para la temporada 2023/2024 no son muy halagüeñas. De hecho, resultan bastante pesimistas para los precios de cumplirse las proyecciones en soja y maíz, informaron a La Nación.
La sola posibilidad de que las relaciones stock/consumo estadounidenses puedan aumentar más del 50% en ambos productos merece estar plenamente atentos a las oportunidades.
Tampoco estamos seguros de que la demanda pueda traccionar a partir de ahora en la medida que los datos económicos de China no son del todo favorables. Y si bien el gigante asiático no es el único país en demandar materias primas agropecuarias, claramente es un referente al momento de marcar tendencias.
Así las cosas, las “ventanas” climáticas pueden llegar a ser nuestras únicas oportunidades. El primer desafío es el clima en el hemisferio norte, particularmente en Estados Unidos. Desde mediados de junio y hasta fines de agosto, entraremos en zona de turbulencia de precios.
Falta humedad
Actualmente una buena parte del medio oeste estadounidense está atravesando una incipiente falta de humedad que podría extenderse durante el presente mes. Ello lo refleja muy bien la condición de los cultivos de maíz y de soja que se ubica bastante por debajo del promedio habitual para esta época del año.
Y si bien es muy preliminar todavía ya que el maíz y la soja están recién implantados, la volatilidad implícita de los precios seguramente irá incrementándose en consideración. Más aún cuando los fondos de inversión en Chicago se encuentran actualmente sobrevendidos en los tres principales granos.
Lo habitual es que estos actores especulativos “aprovechen” el momento crítico de los cultivos para estar comprados y a la espera de movimientos alcistas en los momentos de definiciones. Por supuesto, no sabemos si los fondos se van a mover en ese sentido, pero por lo menos entendemos que no es su posición comercial habitual al ingresar en el mercado climático.
Nuevamente, es importante entender que la incertidumbre es el instante previo a la definición. Es en este momento cuando tenemos que aprovechar, planificar y ejecutar una adecuada estrategia comercial que, claramente, no es solo vender.
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