El trigo podría estar US$100 por encima de lo que actualmente se cotiza si no hubiera control sobre las exportaciones, dice La Nación.
Se va cerrando un año positivo para el productor argentino en términos de resultados económicos (siempre hay excepciones) y arrancamos una nueva temporada con muchas dudas e interrogantes, no solo por el tema precios, sino también por el clima y el costo de los insumos.
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El ciclo 2021/22 en trigo y cebada está a full, con rindes más que excelentes hasta el momento (el área triguera sur plantea algunas dudas) y con cotizaciones tan satisfactorias como engañosas. En efecto, como consecuencia del temor al anunciado intervencionismo del Gobierno, el ritmo de ventas de esta campaña ha sido casi virulento y ello ha dado pie para que las autoridades generen importantes pérdidas de ingresos al productor y de divisas para el país. Veamos.
Si la producción alcanzara (podría superar) los 21 millones de toneladas (MMTT) el excedente exportable superaría los 14 MMTT y el Minagri ha “cerrado” el registro de ventas al exterior en 9,1 MMTT. Se comenzó vendiendo a valores muy atractivos y recomendables (en ese entonces) del orden de los US$/T 220 y ello justificó un ritmo de ventas por encima de los promedios históricos. Luego, diversos contratiempos en importantes países productores y exportadores del cereal (Rusia, EE.UU. y Canadá, los más relevantes) impulsaron las cotizaciones y hoy la plaza triguera internacional está “en llamas”.
Aunque sea contra fáctico, podría afirmarse que, sin la amenaza del intervencionismo, el ritmo de ventas local habría sido distinto. Es por ello por lo que ahora se puede aseverar que, si la plaza triguera operara en un marco de total libertad y el proceso de formación de precios fuera puro y cristalino, el trigo al productor podría estar 100 dólares por encima de lo que está.
Nuestro principal cliente es Brasil y, por ejemplo, el trigo duro estadounidense (alta proteína) puesto en puertos brasileños llega a US$/T 140 por encima del nuestro y el trigo blando del país del norte 100 dólares más caro. Resulta claro que el verdadero excedente exportable va a estar por encima de las 13 MMTT y el Gobierno lo sabe. Pregunta: ¿por qué se “cierra” el registro de exportaciones en plena cosecha? Inexplicable. Se perjudican los productores del área triguera sur y el país pierde divisas. Lamentable. El cuento del desacople no va. Ver Uruguay, Brasil, Chile, etcétera.
En la plaza maicera las cosas no son distintas. Como consecuencia del temor al intervencionismo, el ritmo de ventas de los productores se ha ido acelerando en los últimos meses y las autoridades han definido “administrar” el otorgamiento de permisos de exportación, evitando que el mercado opere en libertad. Ello, luego de que las cotizaciones FOB Índice (precio que fija el Minagri para el cálculo de los derechos de exportación) hayan estado varios meses en niveles muy difíciles de explicar.
En efecto, el FOB del maíz argentino estadísticamente opera 20 dólares por debajo del FOB Golfo en EE.UU. (referencia excluyente), pero este año estuvo 30/50 dólares por debajo desde mediados de mayo hasta fines de septiembre. Es decir, cuando el grueso de los productores comercializa su producción del forrajero. O sea, cuando los precios son buenos, aunque engañosos, la gente “pisa el palito”. “It’s too much” diría la vicepresidente. A veces resulta contraproducente aprovecharse de la situación y pasarse de la raya.
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