Salud y Conservación del Planeta: crece la agricultura orgánica por la importante demanda del consumidor

El ingeniero Pedro Landa -habló en la Cadena de Radios (104.1 América, 99.9 González Moreno, 88.5 Fortín Olavarría)- es miembro de la Organización internacional de Agricultura (OIA), y de la Organización Internacional de Certificación Orgánica, encargada de garantizar la sustentabilidad de los sistemas agrícolas.

El sistema productivo argentino está atento a las modificaciones que ocurren en torno al sector, en este sentido la materia prima orgánica ha ido ganando terreno en el mercado.

En cuanto al agro, para el profesional la rotación agrícola ganadera es beneficiosa para los suelos, además indicó que “Cuando hablamos de siembra directa y agricultura orgánica parecen conceptos enfrentados, pero es todo lo contrario, lo único que cambia es el paquete tecnológico, no se trata de dar vuelta el suelo permanentemente sino de construir materia orgánica que nos permita buenos índices de fertilidad”.

Ya entrando en materia específica y acercándonos a una definición y funciones de la agricultura orgánica, Landa añadió: “La producción orgánica es preventiva, ya que no utiliza recursos de síntesis química (fertilizantes, insecticidas, fungicidas, herbicidas), los pilares de la agricultura orgánica son mejorar y mantener la fertilidad, la biodiversidad y no utilizar organismos genéticamente modificados, esos pilares sumados los registros de bienestar animal, constituyen un negocio brillante, ya que la demanda de productos orgánicos ha aumentado en todo el mundo”.

El mercado de la agricultura orgánica está en expansión y proviene de la demanda y de la preocupación del consumidor en lo que respecta tanto a su salud como a la conservación del planeta.

Los productos que surgen del cultivo biológico están relacionados con la aptitud de los suelos y la adaptación que tengan naturalmente, si la zona no es adecuada para determinado producto, lo más probable es que no se pueda obtener una producción orgánica. Hay una diferencia en este punto entre la norma vegetal y la animal, ya que, tanto la reglamentación europea como la argentina, permiten hacer desparasitaciones estratégicas y dosis de antibióticos dos veces al año, por lo que con un manejo coherente, se puede obtener una cría de ganado natural, esto podría variar en la invernada, ya que la pastura no debe tener tratamientos como herbicidas o pesticidas, es decir, que aquello que el ganado consuma también debe ser orgánico.

Ante la consulta sobre los rindes y el precio de la producción de origen natural en el mercado, el Ingeniero aconseja a los productores que quieran incursionar en el comercio orgánico que lo hagan de manera gradual, hasta lograr una constante, pero que por lo general la reducción del rendimiento es de entre un veinte a veinticinco por ciento, aunque el precio de comercialización podría llegar a compensar esta diferencia con el cultivo convencional.

El productor deberá elegir entre rentabilidad y productividad, pero, no es un diferencial de precio sino de valor, un reconocimiento de toda la cadena de comercialización que lo ve como un producto mejor, para el planeta, para quien lo consume y por sus consecuencias benéficas para el productor mismo”. El mercado crece muy rápido, hay una relación oferta y demanda que tanto en Europa como en EEUU llega a los cincuenta mil millones de dólares, y teniendo en cuenta que Argentina exporta sesenta mil millones, el productor argentino debería ser parte de la oferta.
El productor interesado en el cultivo orgánico debe realizar lo que se llama un período de transición, dejando de lado las semillas transgénicas, y los productos de síntesis química, este período se da por dos años al momento de la siembra y consultar ante el SENASA por la normativa vigente.