«En este momento están finalizando su ciclo los cultivos de cosecha gruesa, y empezamos la etapa de cosecha propiamente dicha. En cuando al maíz temprano, en general la zona tiene muy buen potencial de rinde, la lluvia de enero que no esperábamos favoreció el desarrollo. Se estima que los rindes van a ser más altos que los del año pasado».
La ingeniera Laura Lobos, miembro del staff técnico de la firma Pelayo S.A. en diálogo con Daniel Trasmonte para ‘El Campo y la Ciudad’, no cuenta sobre la actualidad agropecuaria en la zona y cómo se observan los cultivos este año.
La profesional reflejó que el maíz tardío cada vez ocupa una mayor proporción de la superficie en nuestra zona, y se lo ve muy bien en general. La etapa de floración que es tan crítica ocurrió después de la ola de calor, y se desarrollaron con buenas condiciones.
A las sojas de primera se las ve muy bien, con muchas perspectivas de rinde, están es un estado que llamamos R6, es la última etapa donde los granos alcanzan su máximo tamaño.
«Respecto a insectos, no fue una situación especialmente problemática. Hay una campaña de chinches, hubo que hacer controles y seguimos trabajando en eso». Hay que aprender a controlarla para que el daño sea menor, es una plaga que afecta al rinde y la calidad del grano.
«Otro tema importante es el de las enfermedades que afectan a la soja, hasta hace unos años no era tan frecuente la aplicación de fungicidas.
Estas enfermedades afectan al final del ciclo, pero cuando la planta se ve enferma ya es tarde para la aplicación, hay que hacerlo antes, en las últimas campañas los productores han aprendido a hacerlo a tiempo».
«Las sojas de segunda también están en muy buenas condiciones, ya están en R2/R3 y empieza un momento crítico con las plagas donde hay que cuidarlas».